Restos megalíticos

En Donostialdea se encuentra la mayor densidad de restos megalíticos del País Vasco.

Nuestras montañas están repletas de vestigios prehistóricos, en forma de menhires, dólmenes o crómlech.

 

Montañas que esconden secretos milenarios

No se conoce, a ciencia cierta, las motivaciones que llevaron a aquellas personas a construir estos monumentos megalíticos. Pero, el caso es que, nuestras montañas están plagadas de megalitos.

El crómlech pirenaico en Donostialdea.

El crómlech pirenaico tiene características propias. Formado con piedras no demasiado grandes, dibuja círculos que habitualmente suelen tener entre 2 y 10 metros de diámetro. En ocasiones también cuenta con  menhires y cistas, o cajas de piedra.

Desde el valle de Arán hasta las cuencas de los ríos Leitzaran y Oria se han contabilizado más de 1500 cromlech. Fueron construidos por pastores hace 3.000 años en lo que por aquel entonces eran territorios en los que, con toda probabilidad, se hablaba protoeuskera.

Mairu-baratza, jentil-baratza… Harrespil, crómlech.

La tradición oral vasca atribuye a la fuerza descomunal de jentiles y mairus la construcción de dólmenes menhires y crómlech.
Se ha traducido «mairu» como «moro»; es poco probable que se refiera a los musulmanes que habitaron el sur de nuestro país. Parece más lógico pensar que se refiera a personas que profesaban religiones no cristianas.
Existe otra teoría en la que los «mairus» son seres diminutos causantes de plagas, enfermedades del ganado, pérdida de cosechas. Seres mitológicos que también existen en culturas nórdicas e indoeuropeas.
«Baratza» en euskera significa huerta, más concretamente se refiere a la huerta de tamaño pequeño situada junto a la casa y en la que habitualmente se enterraba a los niños y niñas que morían antes de ser bautizados, suponiendo que las deidades precristianas les protegerán en la nueva vida.

El misterio de los crómlech de Donostialdea.

Nos debemos mover en el terreno de la hipótesis para buscar el porqué de estas construcciones megalíticas.
Hay investigadores que hablan de una función funeraria, aunque la ausencia de restos humanos, utensilios, abalorios o amuletos, pone en duda esta teoría. Otros creen que servían para ritos de incineración, ya que se han encontrado cenizas y cistas o cajas de piedra en las que se guardaban probablemente cenizas de origen vegetal y posiblemente también humanas.
También existe la teoría de que estos misteriosos círculos de piedras sirvieran para contrarrestar la fuerza de las acciones malignas que pudieran hacer los diminutos mairus».
Por último, hay quien considera que cada una de esas piedras representa una estrella y que el conjunto son dibujos de constelaciones.
Con todo esto, ya tienes muchos más datos para disfrutar de tus excursiones por las rutas megalíticas de donostialdea.

Descubre nuestra herencia megalítica

En el apartado rutas a pie hay muchos itinerarios que visitan algúno de estos  monumentos, pero queremos proponeros especialmente dos rutas que recorren las estaciones megaliticas más importantes de Donostialdea: Oindi-Mandoegi e Igorin-Akola.

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